La artista Irantzu Lekue concluye su último proyecto muralísitico en Derio

El proyecto nace de la participación ciudadana. Se han realizado varias sesiones de trabajo para seleccionar los motivos que se han incluido en el diseño. 
 
Más de 50 personas han participado en este proceso participativo y artístico. Irantrzu Lekue comenzará, en breve, un nuevo proyecto en Barcelona
DERIO. La calle Larrabarri de Derio cuenta con una nueva obra de arte creada por sus vecinas y vecinos. La han creando bajo la dirección de la artista Irantzu Lekue. El mural en el que estamos trabajando «el eje es la visibilización de la mujer, queremos aportar nuestro granito de arena para terminar con la violencia de género pero también con todas las desigualdades que sufrimos en el día a día las mujeres», explica la artista. «Un pequeño homenaje a las mujeres y a los movimientos feministas». 
 
El proyecto, impulsado por el Ayuntamiento de Derio, nace de la participación ciuadadana. Primero, realizaron varias sesiones de abiertas en los que la artista recogió las inquietudes y las ideas de las personas que participaron. «Después mi labor es la de dotar de una traducción artística a todo esto, convertir las ideas en obra y bocetearlas». Tras varios bocetos el mural está ya en marcha. «El fin del proyecto es el de poner en práctica el concepto de learning by doing. Interiorizar el concepto mientras se lleva a cabo la acción», subraya. «Hemos puesto en práctica nuestras técnicas de participación ciudadana. Nuestra apuesta, y la del Ayuntamiento, es la de los entornos estética pero también socialmente, creando puentes y utilizando el arte como vehículo para la transformación social».
 
La propuesta pictórica final acordada en dichas sesiones participativas representa a diferentes mujeres de edades y generaciones diversas. Comienza con Doña Juana Elguezabal, mujer nacida en Derio y que fue referente en las artes escénicas y en su labor social. Elguezabal vivió su infancia y juventud en Derio. Se trasladó a Extremadura en 1870  donde acudió a cuidar a unos familiares. Al fallecer esos familiares Elguezabal se convierte en una rica heredera y decide invertirla en la creación de una empresa teatral contribuyendo a la vida social, cultural y educativa y ayudando en cuestiones sociales y labores humanitarias.
En 1885 inauguró el teatro de variedades que se convirtió en recinto de las clases populares con teatro, reuniones políticas, cine o circo. Fue la contraposición al teatro de peñas o principal y estuvo 28 años en funcionamiento y en su testamento dóno la finca para la construcción de escuelas públicas.  «Ser mujer, vasca, empresaria y soltera no debió ser nada fácil», afirma Lekue.   Junto a Elguezabal aparecen también en el mural referencias al deporte femenino y a la educación.- Como elemnto central aparecen dos manos tejiendo «para poner en valor una labor tradicionalmente relegada al interior de los hogares. Un trabajo individual, indvidualizado y realizado por mujeres», afirma. Los colorres recorren de forma orgánica el muro longitudinal. «También contamos con manos superpuestas y que hacen alusión a la diversidad». Entre los hilos del lateral izquierdo se observan también fotografias convertidas en dibujo de las labores que las mujeres han desarrollado desde la antiguedad. En el derecho, imágenes de los movimientos feministas actuales. Concluye con la imagen de una mujer adulta con la luna entre sus manos simbólo de empoderamiento. Todo ello en lo que hasta ahora era una anodina y fria pared grisácea que ha comenzado a contar una nueva historia .
 
 
Naciones Unidas
Irantzu Lekue ha explicado que desarrolla estos conceptos valiéndose de la experiencia «y nivel de conceptualización» adquiridos en en Ginebra, durante su estancia en la sede de las Naciones Unidas junto a Unesco Etxea. Hasta allí acudieron seis artistas vascas acompañadas por la directora del centro, Arantzazu Acha. «Llevamos mucho tiempo trabajando la transformación social junto a diferentes agentes culturales y educativos, apostando por crear un nuevo ecosistema cultural que valora el arte por el arte y que apuesta además por utilizarlo como vehículo, como herramienta», explica. La estancia en Ginebra supuso un salto cualitativo, un enorme paso adelante en la definición del muchos proyectos, entre ellos, el de los murales para la transformación social». Ese es el modelo que está aplicando en Derio, reforzando los lazos entre la comunidad y demostrando que este modelo se puede aplicar en ciudades como Bilbao, en pueblos pequeños como Ubide -de apenas 170 habitantes- o de un tamaño ya importante como Derio”, afirma.

Según explica, “cuando nos aproximamos a experiencias creativas nuestra mirada cambia y eso influye en como miramos el mundo; si somos más o menos empáticas; si estamos dispuestas a entender otras realidades…” Lekue señala también que “en la medida en que una persona aprende cosas, las transmite también a terceros. Y añade que tiene ganas de escuchar voces expertas, voces que vienen de otras realidades y que ponen en valor, en un contexto como el de las Naciones Unidas, el arte y la cultura”.